jueves, 8 de noviembre de 2007

Ítaca


“Si vas a emprender el viaje hacia Ítaca,
pide que tu camino sea largo ,
y rico en aventuras y experiencias.
A lestrigones, cíclopes o fiero Poseidón,
nunca temas.
No hallarás tales seres en tu ruta
si alto es tu pensamiento y limpia
la emoción de tu espíritu y tu cuerpo.
Nunca a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni al fiero Poseidón encontrarás
si no los llevas dentro de tu alma,
si no es tu alma quien ante ti los pone.
Pide que tu camino sea largo.
Que numerosas sean las mañanas
de verano en que arribes a bahías
nunca vistas, con ánimo gozoso.
Detente en los emporios de Fenicia,
adquiere hermosos artículos:
madreperla y coral, ámbar y ébano,
Perfumes deliciosos y diversos
-cuanto puedas invierte en voluptuosos
y delicados perfumes.
Visita muchas ciudades egipcias y
aprende, con avidez, de los sabios.
A Ítaca siempre en la memoria.
Llegar allá es tu meta,
mas no apresures el regreso.
Mejor que se dilate largos años
y, en tu vejez, arribes a la isla
con cuanto hayas ganado en el camino,
sin esperar que Ítaca te enriquezca.
Un hermoso viaje te dio Ítaca.
Sin ella el camino no hubieras emprendido.
Mas ninguna otra cosa puede darte.
Aunque pobre la encuentras, no hubo engaño.
Rico en saber y en vida como has vuelto,
comprendes qué significan las Ítacas.”

Constantino Cavafis.


Este poema escrito por este poeta griego fue escrito en el año 1911 y es una clara muestra de la pervivencia del viaje de Ulises en la literatura universal. La cultura clásica pervive y está en todas partes.

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